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Cuentan los libros de historia que cuando el Almirante Cristóbal Colón contemplaba el Valle de la Vega Real exclamó maravillado:

“Esta es la tierra más bella que ojos humanos vieran”.

Esta expresión vino como consecuencia de que nuestra tierra podía ser considerada como un paraíso.

A través de los años las costumbres de sus habitantes fueron deteriorando todo el territorio llamado en aquel entonces Quisqueya. La pregunta que nos podemos hacer hoy es: ¿Podremos volver a vivir en estas tierras como si fuera un paraíso?

La respuesta sencillamente es SI PODEMOS, si volvemos a vivir en QUISQUEYA.

Lo que sucedió fue que por la ambición de los pobladores de estas tierras, no se dieron cuenta que la estaban dañando y al mismo tiempo se dañaban a si mismo, llegando al extremo de exterminar los primeros habitantes que se encontraban poblándola.

La foresta fue degradada de tal forma que se perdió hasta la belleza del paisaje.

Llego un momento que por el empleo de costumbres inapropiadas dejaron de producir sus propios alimentos llegando a la extrema pobreza, siendo necesario que se les suministrara todo lo que ellos necesitaban desde el exterior.

Al final terminamos siendo lo que hoy somos un paraíso perdido.

Un territorio con muchas potencialidades y poca fuerza de voluntad para superarnos.

Pero todavía hay esperanza.

Lo que sucede es que tenemos la impresión de que:

LOS CIUDADANOS CON CONCIENCIA INDIVIDUALISTAS Y APEGADOS A CONDUCTAS PERJUDICIALES SON MAS.

 

La realidad es que:

LOS QUE TENEMOS CONCIENCIA DEL BIEN COMÚN Y APEGADOS A  UNA CONDUCTA LÓGICA Y ORDENADA ANDAMOS DISPERSOS